En el nuevo episodio del podcast ‘En Boca Cerrada: Lo que nunca se dijo sobre el caso Trevi-Andrade’, Raquenel ‘Mary Boquitas’ , habla sobre una de las etapas más oscuras de su vida: aquella en la que perdió las ganas de vivir y en la que llegó al punto de intentar quitarse la vida, algo con lo que muchas sobrevivientes de violencia sexual como ella se identifican.
Aunque nunca hay una única causa para el suicidio, está comprobado que sufrir una violación o abuso sexual aumenta el riesgo de intentarlo o de morir por esta causa.
Independientemente de si el abuso ocurrió una o cientos de veces, como en el caso de la artista, la experiencia traumática deja una estela difícil de borrar, especialmente cuando la persona no recibe la atención necesaria, no sólo inmediatamente después del evento, sino a lo largo de la vida.
Raquenel ‘Mary Boquitas’ sintió que ya no podía más con todo a los 25 años, cuando llevaba 11 junto al productor musical Sergio Andrade, divorciada en papel, pero todavía sujeta a la voluntad de aquel amo al que creía amar y al que había aprendido a obedecer ciegamente sin importar los incesantes golpes, violaciones o castigos que este le infringiera.
“ Me sentía vieja, derrotada, con mi vientre vacío desde aquella gran pérdida, con mi familia más lejos que nunca, porque siempre los lastimaba sin piedad. Quemada en la industria musical para siempre y sin oportunidad de ser la número uno en el corazón del maestro, caí en una espiral vertiginosa hasta abajo, hacia el fondo de mi mente”, se le escucha decir en la novena entrega del podcast en la que narra detalladamente cómo intentó quitarse la vida.
Aunque el intento de suicidio -por suerte fallido- sería el único, el pensamiento intrusivo y recurrente de morir para terminar con todo la acechó durante “cinco años de total oscuridad en los que soñaba despierta, que me atropellaba un carro que me daba un cáncer o un ataque al corazón. O que alguien de plano desenfundaba una pistola y me mataba”.
“Lo mío ya no era dolor, desesperanza o desamor, celibato o soledad. Lo mío era oscuridad”, confiesa.