Durante más de un año, Eduardo, quien vive con diabetes tipo 1, tuvo una herida abierta en su pie. Ningún tratamiento fue efectivo para lograr la cicatrización y cada día se acercaba más a la decisión médica de amputarle la extremidad. En ese momento llegó al Hospital Regional Zaragoza del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), del que es derechohabiente, un programa para el uso del medicamento cubano Heberprot-P.